Ordenar la casa en primavera: la aventura anual del alzapaños olvidado
Durante quince largos años, cada primavera sacaba de su escondite unos alzapaños (sí, esas tiras decorativas para recoger las cortinas que nadie sabe exactamente cómo se llaman ni para qué sirven). Fueron confeccionados cuidadosamente por la costurera con la misma tela que mis cortinas. Muy monos, muy decorativos… pero completamente inútiles, porque nunca llegué a usarlos. Este año, por fin, les dije adiós, aunque reconozco que los ganchos han sobrevivido a mi arranque minimalista.
¿Por qué acumulamos cosas que jamás utilizaremos? Quizá en nuestro interior habite un pequeño duendecillo que susurra al oído: "Guárdalo por si acaso". Esa frase, inocente en apariencia, puede condenarnos a décadas de desorden emocional y material.
Marie Kondo, autora del best-seller "La magia del orden", asegura que la acumulación no es solo un problema de espacio, sino emocional. Según ella, ordenar y desprendernos de lo que no necesitamos tiene un impacto profundo en nuestro bienestar psicológico. Kondo defiende el famoso método de sostener cada objeto y preguntarte: ¿Esto realmente me hace feliz? Créeme, el alzapaños no superó la prueba.
Este proceso de ordenar la casa cada primavera no es solo práctico: también es terapéutico. Gabor Maté, en su maravilloso libro "Cuando el cuerpo dice no", habla sobre cómo nuestro entorno refleja nuestro estado emocional. Y aquí estoy yo, sacando y guardando objetos absurdos, reflejando mi propia indecisión o resistencia al cambio. Qué revelador, ¿verdad?
Si, como yo, también te vuelves un poco loco organizando tu casa cuando llega esta estación, te dejo algunos consejos prácticos que pueden ayudarte:
Usa la regla de los 5 minutos: si puedes ordenar algo en menos de cinco minutos, no lo pospongas. Te sorprendería cuántas pequeñas tareas pueden resolverse así.
Prueba con un armario cápsula: elige unas pocas prendas básicas que realmente uses y combina entre ellas. Lo demás, dónalo, véndelo o recíclalo. Ganarás espacio, tiempo y claridad mental.
Ordena por categorías, no por espacios: libros con libros, ropa con ropa, papeles con papeles. El método KonMari funciona de maravilla para esto.
Finalmente, no te castigues demasiado si, como yo, conservas algún objeto extraño que aún no has logrado soltar. Quizá esos pequeños objetos también nos recuerdan que ordenar es, sobre todo, un proceso constante de autodescubrimiento y aceptación personal.
Y sí, los ganchos de mis antiguos alzapaños siguen ahí, esperándome pacientemente. Quizá el próximo año logre despedirme de ellos. O quizá no. ¡La vida está llena de sorpresas!
¿Y tú, qué objetos absurdos llevas años conservando en casa?